Las aventuras de Huckleberry Finn

(Enero 2018)
LAS AVENTURAS DE HUCKLEBERRY FINN (análisis)


“Toda la literatura estadounidense moderna procede de un libro de Mark Twain titulado Huckleberry Finn (…) Es el mejor libro que tenemos. Toda la escritura estadounidense viene de ahí. Antes no había nada. Desde entonces no ha habido nada bueno” Ernest Henmingway.

Trama

Huck está en un proceso de educación cuando es raptado por su padre alcohólico. Escapa de la cabaña en la que está encerrado y se embarca en una huida en canoa con un negro fugitivo llamado Jim.
En su viaje, Huck ha de enfrentarse a cuestiones morales sobre lo que está bien y mal, mentiras y aventuras para liberar a su amigo esclavo.

El autor
Samuel Langhorne Clemens, conocido como Mark Twain (30.11.1835- 21.04.1910) fue un popular escritor, orador y humorista estadounidense.
Creció en Hannibal, lugar que utilizó como escenario para el pueblo ficticio en el que se desarrollan las novelas de Tom Sawyer y Huckleberry Finn.

Prohibición de Huckleberry Finn
Un mes después de su publicación en EE.UU. surgió la iniciativa de su prohibición en la biblioteca de Concord, propuesta por Louisa May Alcott, autora de Mujercitas quien dijo que Huckleberry Finn era una novela repugnante desde el punto de vista moral.
El comité de la biblioteca pública de Concord merece el agradecimiento del público por su prohibición del nuevo libro de Mark Twain, Huckleberry Finn, debido a su falta de calidad literaria y a su brutalidad. Ya es hora de que ese influyente seudónimo deje de llevar a los hogares y a las bibliotecas obras indignas…El problema del señor Clemens es que carece de todo sentido del decoro” Firma anónima .
Después siguieron las críticas y prohibiciones en el resto de EE.UU. Como consecuencia, aumentaron las ventas y la curiosidad de niños y adultos. Algunos calificaban la obra de horrible y pésima, mientras que a otros les gustaba y no pensaban que pudiese hacer ningún daño.

Personaje de Huck Finn

            Descripción de Huck Finn

            La descripción que se nos ofrece en Las aventuras de Tom Sawyer de Huck es un tanto…diferente al personaje real que tenemos en Las aventuras de Huckleberry Finn.

            “Huckleberry era cordialmente odiado y temido por todas las madres del pueblo, porque era vago, ordinario y malo, vivía al margen de la ley, y todos sus hijos lo admiraban, disfrutaban de su compañía prohibida y deseaban atreverse a ser cómo él. Tom era como el resto de los chicos respetables en lo de envidiar a Huckleberry su deslumbrante condición de proscrito, y había recibido órdenes estrictas de no jugar con él. En consecuencia, jugaba con él cada vez que tenía oportunidad.”

            ¿Es Huck malo? Bueno, para saberlo creo necesario tener que leer Las aventuras de Hukleberry Finn un par de veces y analizarlo.

            No importa

            “No sabréis nada de mí si no leéis un libro titulado Las aventuras de Tom Sawyer, pero no importa.”

            Desde mi punto de vista, hay varias formas de interpretar esta primera oración del libro Las aventuras de Huckleberry Finn.

            1.Puede parecer bondadoso y decir que Huck se resta importancia o
            2.puede indicar que ya te tomarás tiempo para conocerlo o
3.su papel y desripción en la otra historia es irrelevante a esta nueva que va a narrar.

(Personalmente me inclino por las tres opciones en igual medida)
            
            Civilización

            “Y me hablaba con amenazas de un sitio muy malo (refiriéndose al infierno) y yo le decía que deseaba ir allí. Eso la enfadaba, pero yo no lo decía con mala intención. Todo lo que yo deseaba era ir a alguna parte; quería cambiar y el sitio me era indiferente.”

            Sin haber leído los dos párrafos anteriores, puede parecer que es un chico melancólico y perdido, pero, probablemente, esté refiriéndose al hecho de que no encaja en la civilización:

            “Miss Watson suele regañarme; eso me aburre y me entristece. Una noche mandó a buscar unos cuantos negros y empezaron a cantar salmos, y luego todos se marcharon. Yo me levanté, encendí una vela y la puse encima de la mesa. Me senté en una silla, al lado de la ventana, e intenté pensar en algo alegre, pero fue inútil. Me sentía tan solo que hasta deseé estar muerto. Las estrellas brillaban y las hojas en el bosque susurraban tristemente, como si llevaran luto. Oí chillar a un búho, seguramente porque alguien había muerto, y a una cochacabra y a un perro, porque alguien se estaba muriendo; el viento intentaba murmurarme algo, pero no pude entenderlo y sentí recorrer todo mi cuerpo de helados escalofríos. Entonces, a lo lejos, en el bosque, oí esa clase de ruido que hacen las almas cuando quieren decir algo y no las entienden, por cuya razón no pueden descansar en su tumba y tienen que rondar en pena toda la noche. Me amedrenté y me abatí tanto, que deseaba tener a alguien a mi lado, haciéndome compañía.

            Un niño con buen corazón

            Puede ser considerado por las madres de San Petersburgo como el chico más malo del pueblo, pero los siguientes pasajes pueden demostrar que no es así:

            Capítulo XVII:

¡Pobre chica! Muchas veces me encerraba en su habitación y sacaba su álbum de apuntes después de haberme entristecido contemplando sus cuadros. Me agradaba aquella familia, muertos incluidos, y no quería que se interpusiera nada entre ellos y yo. La pobre Emelina hacía versos para los muertos, cuando estaba viva, y no me parecía justo que nadie le hiciera uno ahora que se había ido para siempre.
Intenté pues, componer un verso o dos, pero no pude sacarme ninguno de la mollera.”
  
Capítulo XVIII:

            —¿Deseabas matarlo, Buck?—(Huck)
            —Apostaría algo a que sí—(Buck).
            —¿Qué te ha hecho?
            —¿Él? Nunca me ha hecho nada.
—Entonces, ¿por qué quieres matarlo?

Capítulo XXXI:

Me sentí bien limpio de pecado por primera vez en mi vida. Así podría rezar. Pero no lo hice en seguida, sino que aparté el papel y me quedé pensando…, pensando en la suerte que había tenido que todo sucediera de aquel modo y en lo cerca que había estado de perderme y de ir al infierno. Y seguí meditando: pensé en nuestro viaje a lo largo del río y vi a Jim siempre frente a mí, de día y de noche, a veces al claro de luna, a veces bajo la tempestad, flotando río abajo, cantando, riendo y charlando. No encontraba motivos para enfurecerme contra él, sino al contrario. Lo veía haciéndome mi guardia, luego de haber acabado a suya, para que yo pudiera seguir durmiendo. Y veía lo contento que se mostró cuando nos encontramos después de la niebla, y cuando fui a ver el pantano, en aquel pueblo de feudos, y tantas otras veces. Lo oía llamarme amito y preguntándome cosas; me acordé de cómo hacía todo lo que suponía podía agradarme, y lo bueno que siempre era. Recordé cuando lo salvé, diciendo que a los hombres que teníamos viruelas a bordo, y lo agradecido que me estuvo y lo que me dijo de que yo era el mejor amigo que tuvo y el único que le quedaba. Y sucedió que miré alrededor, pensando, pensando, y vi la carta. (Se trata de una carta confesando sus pecados.)
             La tenía cerca. Alargué el brazo y la cogí. Temblaba porque tenía que decidir para siempre entre dos caminos y yo me daba cuenta de lo terrible de mi situación. Reflexioné un minuto entero, casi conteniendo la respiración, y luego me dije:
            —Bien, ¡pues iré al infierno!
            Y rasgué el papel.
Era una terrible idea y unas palabras horribles, pero ya estaban dichas. Y por dichas las tuve y ya no volvía pensar más en reformarme. Aparté de mi cabeza todos aquellos pensamientos. Seguiría siendo un malvado, que era lo único que podía ser, puesto que me habían educado para ello, tan distinto de los demás.
            Para comenzar, iría y arrancaría de nuevo a Jim de la esclavitud, y si podía imaginar alguna acción peor, iría y la cometería también, porque ya que estaba metido en eso, era preferible hacerlo lo mejor posible.”

            Los dos fragmentos anteriores a este (de los capítulos XVII Y XVIII) son mucho más sencillos de interpretar. Este último cuenta cómo Huck lucha con lo que, supuestamente, está bien, convencido de que irá al infierno por ayudar a su gran amigo Jim.

            La conciencia de Huck.

            En Tom Sawyer nos muestran a Huck Finn como un muchacho sin remordimientos. Aquí vemos que no es así, que, para él, no somos otra cosa que conciencia. Esto se ve en el pasaje anterior (ese en el que dice “Bien, ¡pues iré al infierno!) y en el siguiente:

            CAPÍTULO XXXIII:
“Yo no me sentía tan impetuoso como antes, sino algo vi, miserable, y hasta me reprochaba una parte de lo que acontecía…Algo como si yo no hubiese hecho nada para evitarlo.
Siempre ocurre igual. Es indiferente que obréis bien o mal. La conciencia siempre tendrá algo que reprocharos y se meterá con vosotros por uno u otro motivo. SI yo tuviera un perro que no conociera a las gentes y no supiera cuáles son buenas o malas, es decir que hiciera lo mismo que hace la conciencia, lo ahogaría en el río. La conciencia ocupa más sitio que todo lo demás que llevamos dentro y nunca está contenta.”

La necesidad de amigos.

Huck Finn no deja de ser un niño de unos catorce años, por lo que siente la necesidad de estar en un grupo y tener amigos.

CAPÍTULO II: “Hablaron de mi caso y estuvieron a punto te apartarme de la banda, porque decían que todos los muchachos tenían que tener familia, o alguien a quien matar; de otro modo no sería limpio ni equitativo. Nadie sabía qué hacer. Rodos habían hablado y ya estaban sentados, quietos y silenciosos. Yo estaba a punto de llorar…”

Y, ¿quién será, entre todos, su amigo favorito? No puede ser otro que Tom Sawyer.

Huck y Tom.

            “(Miss Watson) Me habló de ese sitio tan hermoso (el paraíso). Dijo que todos los que vayan allí se pasarán el día dando vueltas cogidos a una arpa y cantando. Por esto no opino nada bueno de este sitio. Pero no lo digo nunca. Le he preguntado si cree que Tom Sawyer irá a este sitio y me ha dicho, con un suspiro, que no. Me he alegrado, porque me gusta pensar que él y yo iremos siempre juntos.”

“Me desagradaba que Tom no estuviera allí para celebrar juntos mi ingenio; si él se hallara conmigo, sé que me daría algún consejo provechoso. Deseaba merecer la aprobación de aquel maestro, que sabía montar las más fantásticas aventuras con gran sencillez.”

“Durante dos o tres días estuve reflexionando sobre todo esto. Decidí hacer una prueba. Conseguí encontrar una lámpara de metal y un anillo de hierro y los froté hasta que sudé como un condenado. Me proponía ordenar que me construyeran un palacio para venderlo luego. Pero los genios no acudieron a mi llamamiento. Juzgué entonces que todo el asunto se reducía a una de las mentiras de Tom Sawyer. Él quizá creyera en los árabes y en los elefantes, pero yo, por mi parte, pensaba distinto.”

“No contesté nada, porque no esperaba otra cosa que aquello. Pero sabía que fuere cual fuere su (de Tom Sawyer) plan, no tendría nada a objetar.
Y así fue. Me contó en qué consistía y comprendí en seguida que valía mil veces lo que el mío, por su estilo, y que haría de Jim un hombre tan libre como yo mismo, y quizás hasta fuera causa de que nos mataran a todos, además. Me mostré satisfecho y dispuesto a bailar al son de aquella música. NO precisa decir en detalle en qué consistía, porque yo ya sabía que no se realizaría como lo pensó Tom, sino que a medida que fuéramos poniéndolo en práctica iría cambiando, con nuevos motivos de complicación.
Y eso fue lo que sucedió.
Bueno, una cosa era segura: que Tom Sawyer estaba en acción y dispuesto a raptar un negro y arrancarlo de la esclavitud. Eso era lo que me parecía mentira. Ahí estaba un muchacho que era respetable y bien criado y tenía un prestigio que perder y parientes que también tenían prestigio, que era listo y no un zoquete, y que sabía muchas cosas y no era precisamente un ignorante, y que no tenía malos sentimientos, sino que, al contrario, era muy bondadoso…, y ahí estaba, sin dignidad, sin sentimientos, sin rectitud, embrollado en aquel asunto y dispuesto a ser la vergüenza de su familia ante todo el mundo. No podía comprenderlo de ningún modo. Era algo ultrajante y yo sabía que tenía que decírselo, porque eso era lo que haría un buen amigo, para que pudiera apartarse de aquel asunto y salvarse. Comencé a hablarle de ello, pero me hizo callar en seguida y dijo:
—¿No crees que sé lo que voy a hacer? ¿No sé siempre lo que hago?
—Sí.
(…)
Eso es todo lo que él dijo y todo lo que yo dije. No serviría de nada seguir hablando, porque cuando decía que haría algo, lo hacía siempre. Pero yo seguía sin entender cómo quería mezclarse en semejante asunto. Así que lo dejé tranquilo y procuré no preocuparme más con preguntas que no sabía contestar. Si él quería hacerlo, yo no podía evitarlo.”

“—¡Oh, cállate ya, Huck Finn! Si yo fuera tan ignorante como tú, me estaría quieto y con la boca cerrada.

Y creo que no hacen falta más pasajes para que pueda analizar esta amistad. Son inseparables cuando están juntos, claro. Huck lo tiene en muy alta estima (como se puede ver) y le atribuye numerosas virtudes, aunque son muchas las veces en las que se siente inferior por Tom (esto se puede ver, sobre todo, en la novela Tom Sawyer, detective) o se deja arrastrar porque lo considera un genio.

Jim y Huck

“— ¿Por qué viniste aquí, Jim, y cómo viniste?
Me miró desazonado y durante casi un minuto no me contestó. Luego, dijo:
—Quizá sea mejor que no se lo diga.
—¿Por qué, Jim?
—Hay motivos, amito… ¿Me promete no decirle a nadie lo que yo le cuete?
—Maldito sea si lo repito, Jim.
—Bien, lo creo… Pues…, pues me escapé.
—¡Jim!
—Recuerde que me prometió no decirlo… ¿se acuerda?
—Me acuerdo. Te prometí no decirlo y no lo diré. La gente me llamará <<despreciable abolicionista>> por callarme, pero no importa. No iré a decírselo a nadie.”

“Allí vi a un negro tumbado, durmiendo. Y ¡por todos los santos! era mi viejo Jim.
Lo desperté, pensando que le daría una gran sorpresa, pero no fue así. Casi lloró de alegría, pero no se sorprendió nada.”

“Me fui a dormir y Jim no me llamó al llegar mi turno de guardia. Cuando desperté, al romper el día, estaba sentado cerca de mí, con la cabeza sobre sus rodillas, gruñendo y sollozando. Ya sabía de qué se trataba: recordaba a su mujer y a sus hijos, lejos de él y sentía añoranza. Antes, nunca se había apartado de ellos. Yo creo que tenía tanto cariño por su familia como sienten los blancos por la suya. NO parece natural, pero creo que era así. Solía ponerse de aquel modo, sollozando y gruñendo, y decía en voz baja, como para sí mismo:
—¡Pobre pequeña Elisabeth! ¡Pobre pequeño Johny! ¡Qué duro es estar lejos de vosotros!... Espero que volveré a veros.
¡Qué buen negro era Jim!
Pero esta vez quise hablar con él de su mujer y sus hijos.”

“—No estaría aquí si no hubiera sido por el viejo Jim, amito. Estaría en el bosque, sin poder encender lumbre y calado hasta los huesos.”

“—Pues mire, amito, yo pienso que si a mí me hubieran herido, ustedes habrían ido a buscar un doctor, ¿no es verdad? Apuesto a que sí. ¿NO es eso, amito Tom? Pues bien, Jim no quiere moverse de este sitio sin que venga un doctor con nosotros… No, no, Jim no se moverá, aunque tenga que esperar cuarenta años.
Comprendía que Jim, por dentro, era blanco y que había dicho lo que tenía que decir.”

Lo sé, suena racista, pero hay que tener en cuenta que este libro fue publicado en el 1884, cuando seguía existiendo la esclavitud y también sé perfectamente que tampoco debería existir el racismo en esa época, no hay ninguna excusa... De todas formas, esto no importa, no en este momento. Huck es capaz de querer a Jim, apoyarlo, ayudarlo e incluso sacrificar su lugar en el paraíso con tal de salvarlo. Mientras que el “esclavo” también puede hacer lo mismo por el chico.

La gramática.

He encontrado en introducciones de diferentes ejemplares de la novela, críticas a la gramática y la forma en la que está escrito el libro, diciendo que está mal narrado y con errores.

Bueno, si uno lee cualquiera de los otros libros de Mark Twain, Las aventuras de Tom Sawyer, o alguno de sus cuentos, ve que Mark Twain no escribe realmente así, con esos fallos.

Hay que recordar que la novela está narrada por un chico que lleva poquísimo tiempo escribiendo y que, en mitad de su proceso de educación, emprende una aventura, por lo que se ven justificados los errores en la gramática y la repetición (en muchos casos excesiva) de la conjunción “y”.

Adaptaciones.

Para aquellos vagos a los que le da pereza leer la novela, cuentan con la adaptación al cine de Disney titulada “Las aventuras de Huck Finn”, dirigida por Stephen Sommers, protagonizada por Elija Wood.

Preguntas que ofrece el libro:

¿Es correcto poseer a otras personas?

¿Está bien desobedecer una ley errónea?

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