El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde (Reseña)
Título original: The picture of Dorian Gray
Autor: Oscar Wilde
Año de publicación: 1890
Trama: Dorian Gray es un joven de una belleza espléndida, hasta el punto de que consigue darle inspiración a un pintor para que cambie totalmente el estilo de todos sus cuadros; y uno de ellos es el retrato del protagonista. Un cuadro que se convierte, luego, en la pesadilla de Dorian cuando le da todo lo que él quiere desear.
Opinión
La idea era demasiado buena para poder mantenerse durante la única novela escrita por Oscar Wilde. En cierto modo, tiene relación con "El extraño caso del doctor Jekyll y Mr Hyde" (1886), puesto que ambas tratan, aunque de diferente forma, los remordimientos y la conciencia.
Imagina que nadie podrá culparte por todos los errores que has cometido por el simple hecho de que nadie puede advertirlos en ti por tu aspecto, y que tú, por ello, te permites hacer cada vez más daño. Ese es el dilema que nos plantea la novela.
Y realmente es un buen problema, si no fuese porque apenas ocurre nada en el resto del libro. Absolutamente nada.
La novela se basa en un buen principio, mucha palabraría de parte de lord Henry, Dorian proponiéndose cambiar (para luego seguir en el mismo plan) y un final que me supo bastante a poco.
En algunos puntos, Wilde consigue atrapar a uno un rato, pero en la mayoría de las páginas he pensado que era una obra ciertamente pesada.
Sin embargo, recuerdo que, para gustos, los colores.
Autor: Oscar Wilde
Año de publicación: 1890
Trama: Dorian Gray es un joven de una belleza espléndida, hasta el punto de que consigue darle inspiración a un pintor para que cambie totalmente el estilo de todos sus cuadros; y uno de ellos es el retrato del protagonista. Un cuadro que se convierte, luego, en la pesadilla de Dorian cuando le da todo lo que él quiere desear.
Opinión
La idea era demasiado buena para poder mantenerse durante la única novela escrita por Oscar Wilde. En cierto modo, tiene relación con "El extraño caso del doctor Jekyll y Mr Hyde" (1886), puesto que ambas tratan, aunque de diferente forma, los remordimientos y la conciencia.
Imagina que nadie podrá culparte por todos los errores que has cometido por el simple hecho de que nadie puede advertirlos en ti por tu aspecto, y que tú, por ello, te permites hacer cada vez más daño. Ese es el dilema que nos plantea la novela.
Y realmente es un buen problema, si no fuese porque apenas ocurre nada en el resto del libro. Absolutamente nada.
La novela se basa en un buen principio, mucha palabraría de parte de lord Henry, Dorian proponiéndose cambiar (para luego seguir en el mismo plan) y un final que me supo bastante a poco.
En algunos puntos, Wilde consigue atrapar a uno un rato, pero en la mayoría de las páginas he pensado que era una obra ciertamente pesada.
Sin embargo, recuerdo que, para gustos, los colores.
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